Santa Fe advirtió por el pago de los salarios de mayo. Los ingresos propios se derrumbaron 60%. La Rosada puso a disposición de los gobernadores $120.000 millones
La coparticipación a las provincias cae menos de lo que preveían los cálculos oficiales más pesimistas, pero lo que más preocupa a los gobernadores en cuanto a sus finanzas es la duración de la cuarentena, la verdadera espada de Damocles que amenaza con romper la estabilidad económica y social de los territorios subnacionales.
La administración del santafesino Omar Perotti salió a advertir que no es seguro que el distrito pueda hacer frente a los salarios de mayo. Así lo planteó su ministro de Economía, Walter Agosto, quien detalló que entre el 16 y el 31 de marzo la recaudación cayó un 30%, una baja que se pronunciará en abril.
“No podemos asegurar que el mes que viene podamos pagar los sueldos”, dijo el funcionario provincial.
Ante esa situación, la Rosada puso a disposición de los gobernadores $120.000 millones. La mitad de ellos mediante aportes del Tesoro nacional (ATN), de los cuales ya se transfirieron $20.000 millones por índice de coparticipación, en tanto aún no está definido qué criterio se utilizará para los $40.000 millones que quedan de esa partida.
Los restantes $60.000 millones se entregarán por medio de préstamos a tasa cero, pero cuyo capital se actualizará por inflación, desde el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial. Fuentes oficiales apuntaron que desde el Gobierno todavía están recibiendo los pedidos de los distritos, y que descuentan se anotarán varios, más allá de los casos conocidos de Tucumán y Chubut, dos jurisdicciones con serios problemas de caja. No casualmente, esta última es la que más está presionando para comenzar a liberar actividades, en tanto el distrito de Juan Manzur pidió excluir a la zafra de azúcar de la cuarentena.
Aun así, en la Rosada observan que “la coparticipación está cayendo, pero no tan estrepitosamente como habíamos planteado”.
Si bien el escenario estaría lejos de ser un “apocalipsis”, lo cierto es que la suerte de los gobernadores está atada a la duración del aislamiento social preventivo y obligatorio. Por el momento, la ayuda de $120.000 millones del Gobierno alcanzaría para atajar las dificultades, pero siempre y cuando el aislamiento no se extienda mucho tiempo más.
“Si vamos a estar en cuarentena todo el año, ahí se va a complicar”, reflexionaba un funcionario.
Hasta ahora los giros que se hacen por ley de coparticipación a los distritos habían caído en marzo un 11,3% en términos reales por la merma de la recaudación. En ese sentido, según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) difundido este martes, en los primeros días de abril los ingresos tributarios se hundieron 28,3% en el nivel nacional y 58,6% en el provincial, al pasar de $1.150 millones a $696 millones en los distritos.
De todas formas, los Ingresos Brutos, que explican el 75% de lo que recaudan las provincias, no tuvo un derrumbe tan pronunciado, ya que marcó un descenso del 17,7%, lo que contrasta con el 85% en que se vio recortado el inmobiliario, otro de los gravámenes a cargo de los gobernadores.
Mientras tanto, Ganancias e IVA, dos tributos que recauda la Nación y luego coparticipa a las provincias, se desplomaron 59,7% y 27,9%, respectivamente, al descontar el efecto de la inflación, según el Iaraf.
Lo alarmante del dato es que entre ambos suman casi el 70% de los ingresos fiscales del Gobierno central. Y sólo mostraron avances el Impuesto a los Bienes Personales y el impuesto a los combustibles, cuyo aporte sobre las arcas estatales es marginal. En cada caso, escalaron 653,1% y 14,6% en la comparación interanual.
Desde luego, la situación de cada provincia depende también de la situación financiera previa, el nivel de producción que mantenga y su dependencia del Tesoro nacional. No es lo mismo Chaco o Catamarca que Buenos Aires, Capital Federal o Córdoba.